La dueña de un restaurante asesinó de un tiro a una empleada porque creía que tenía un romance con su marido

 Ana Vitória Pereira Alves, una joven de 19 años, fue asesinada de un tiro en la cabeza por su jefa, Adriana Alexina Leal Borges André, quien la acusó de tener un romance con su esposo. El brutal crimen ocurrió en 2018 en la localidad de brasileña de Catalão y finalmente, hace dos semanas, la empresaria fue condenada a 12 años de prisión.

 El crimen ocurrió el 31 de marzo de 2018, en el interior del restaurante donde trabajaba Ana Vitória, luego de que la empresaria encontrara conversaciones entre la empleada y su esposo en las redes sociales, según luego confesó a la policía.

 Ese día Adriana llamó a Ana Vitória con el pretexto de que necesitaba ayuda en el restaurante. La joven, a la que le venía bien ganar un dinero extra, aceptó.

 Apenas llegó, Adriana confrontó a Ana Vitória sobre el supuesto romance y pronto la discusión se tornó violenta. Luego, la empresaria sacó un arma y mató a la joven de un tiro en la cabeza.

 El esposo de Adriana, que estaba en el restaurante, huyó al escuchar el disparo. Adriana, por su parte, corrió a su casa, que está a 500 metros del establecimiento, le pidió a la niñera que cuidara al hijo de 2 años del matrimonio y se fugó. Dos días después se entregó y confesó el crimen. Fue acusada de homicidio calificado por emboscada y disimulación.

 Como cooperaba con la investigación, la comerciante fue liberada inmediatamente después de prestar su declaración y permaneció en libertad hasta que fue detenida siete años después, cuando su condena quedó firme, el 29 de marzo de 2025.

 La mujer fue condenada a 12 años de prisión por el crimen y se encuentra detenida en la Unidad Penitenciaria Regional de Mujeres de Orizona, en el estado de Goiás.

 La víctima, Ana Vitória, soñaba con estudiar educación física o nutrición, según contaron a g1 sus familiares. Era una fanática del fútbol y jugaba todos los días en un equipo femenino de Davinópolis, a 42 kilómetros de Catalão.

 “Era el deporte que más amaba”, recordó su amiga Cleia Teodoro. Ana vivía con su madre, pero pasaba los fines de semana en casa de Cleia, quien la describió como una persona extrovertida, alegre y siempre dispuesta a ayudar.

 La joven había logrado uno de sus sueños: tener su propia casa. Estaba organizando su mudanza cuando su vida fue truncada. “Era conocida y querida por todos en la ciudad”, dijo su hermana Joyce Alves, quien lamentó la pérdida de una joven llena de sueños.

 Adriana fue condenada a 12 años de prisión, pero la familia de Ana Vitória siente que no se hizo justicia. “Por lo que hizo, de forma cobarde y premeditada, la condena fue poca”, expresó Joyce. La empresaria cumplirá solo seis años de prisión efectiva, lo que deja a la familia con un sentimiento de impunidad.