Impacto económico global a corto plazo del fallecimiento del Papa Francisco.

El fallecimiento del Papa Francisco el 21 de abril de 2025 ha tenido un impacto inmediato no solo en el plano espiritual y político, sino también en diversos sectores económicos a nivel global.

ECONOMÍA22/04/2025 Adán Paz
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Si bien la muerte de un pontífice es ante todo un evento religioso, sus repercusiones económicas en el corto plazo pueden sentirse en ámbitos tan diversos como el turismo, los mercados financieros, las organizaciones benéficas vinculadas a la Iglesia y varias industrias asociadas (medios de comunicación, editoriales religiosas, comercio de artículos de fe, etc.). A continuación, se analiza cada uno de estos sectores, considerando las diferencias regionales (por ejemplo, entre América Latina y Europa) y posibles efectos en decisiones económicas de gobiernos o instituciones influenciados por la Iglesia Católica.

La afluencia de peregrinos tras la muerte de un Papa suele ser masiva, concentrándose especialmente en Roma y la Ciudad del Vaticano. En los días inmediatamente posteriores al fallecimiento de Juan Pablo II en 2005, se produjo lo que autoridades describieron como un “asalto pacífico” de fieles: entre tres y cuatro millones de peregrinos acudieron a Roma desde todo el mundo, esperando hasta 18 horas para poder desfilar ante su capilla ardiente. De forma similar, tras la muerte de Francisco se ha anticipado un enorme flujo de visitantes a Roma para rendir homenaje, asistir al funeral y presenciar los rituales de los Novendiales (nueve días de luto) y el posterior cónclave. Esta llegada masiva de fieles implica un impulso económico de corto plazo para el sector turístico local: hoteles totalmente reservados, incremento en tarifas de alojamiento, alta ocupación en restaurantes, servicios de transporte y comercio turístico. Vale recordar que durante los funerales de Juan Pablo II en abril de 2005, Roma estaba “desbordada” y las autoridades tuvieron que desviar el tráfico y habilitar campamentos temporales para acomodar a los peregrinos. En el caso actual, las empresas de viajes y aerolíneas también experimentan un pico de demanda debido a fieles que vuelan a Italia para las exequias.

Otros destinos de turismo religioso alrededor del mundo también sienten efectos a corto plazo. En América Latina, por ejemplo, numerosos fieles que no pueden viajar a Roma se congregan en santuarios locales para homenajear al pontífice. Tras la muerte de Juan Pablo II, la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México “se convirtió en uno de los centros de peregrinación para cientos de católicos” mexicanos que acudieron a llorar al Papa. De igual modo, el fallecimiento de Francisco (primer Papa latinoamericano) ha motivado vigilias y misas multitudinarias en catedrales y basílicas de la región, lo que beneficia modestamente a economías locales (venta de velas, flores, transporte interno, etc.). En su Argentina natal, es previsible un aumento de visitantes a lugares emblemáticos como la Catedral de Buenos Aires (donde fue arzobispo) o el santuario de Luján, impulsando el turismo interno religioso en el corto plazo.

En resumen, el turismo motivado por el duelo papal genera un efecto económico positivo inmediato concentrado en las localidades de peregrinación. Roma y el Vaticano reciben un impulso significativo de divisas por gasto de visitantes en esa semana histórica, que puede contarse en cientos de millones de euros en consumos de hospedaje, alimentación, souvenirs y transporte. Este repunte, no obstante, es temporal: tras el funeral y la elección del nuevo Papa, la afluencia de peregrinos tenderá a normalizarse. Aun así, cabe mencionar que habrá eventos adicionales en el corto plazo que prolongan el movimiento turístico, como la misa de entronización del nuevo pontífice y la apertura al público de la tumba de Francisco, que seguirán atrayendo fieles en las semanas siguientes.

Fuente: noticias de economía 

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